CAUSA SUI POR FRIEDRICH NIETZSCHE

No existe mejor contradicción interna que la causa sui; una especie de violación y de golpe mortal a la lógica.

Pero el orgullo ilimitado del hombre le ha conducido a enmarañarse cada vez más en la intrincada madeja de este absurdo; el anhelo del "libre arbitrio" entendido en el sentido superlativo y metafísico que domina aún (por desgracia, en los cerebros semicultivados), que es la necesidad de soportar la completa y absoluta responsabilidad de sus actos y de no adjudicársela a Dios, ni mundo, a la herencia a la suerte, a la sociedad, esta causa sui no es otra cosa que la necesidad de ser uno mismo; con esta audacia desbordante que supera la del barón de símil Munchausen héroe de un cuento popular alemán, fue empleado por primera vez por Schopenhauer en su obra la cuádruple raíz del principio de la razón suficiente) prueba a tirarse a sí mismo de los cabellos para salir del pantano de la nada y entrar la luz de la existencia.
Si alguien llegase a vislumbrar la necia rusticidad del famoso concepto del "libre arbitrio", hasta llegar a borrarlo de su espíritu, yo le rogaría que diese un paso más y borrase también de su cerebro lo contrario de este seudoconcepto, es decir, el "determinado', el cual conduce al mismo abuso de las nociones de causa y de efecto. No hay que concretizar la "causa" y el "efecto" cómo hacen equivocadamente los sabios naturalistas y todos los que como ellos piensan en términos de naturaleza.

Conviene, sin embargo, no servirse de la "causa" y del "efecto" sino en calidad de puros conceptos, o sea, como ficciones convencionales que sirven para designar, para ponerse de acuerdo, pero de ninguna forma para explicar algo. En el "en si' no hay ningún vestigio de "lazo causal", de "necesidad", de "determinismo psicológico'; allí el "efecto' no sigue a la "causa"; ninguna "ley" rige allí.

Nadie más que nosotros hemos sido los inventores de tantas ficciones como: la causa, la sucesión, la reciprocidad la relatividad, la necesidad, el número, la ley, la libertad, la razón, el fin; y cuando introducimos falsamente en las "cosas" este mundo de símbolos inventados por nosotros, cuando lo incorporamos a las cosas como si les perteneciese "en sí", obramos una vez más, como lo hemos hecho siempre, creando una mitología.

El "determinismo" no es más que un mito. En realidad, estamos frente a voluntad fuerte o débil Cuando un pensador trata de descubrir de una vez en todo "encadenamiento causal" y en toda "necesidad psicológica" algo que se parezca a una frustración, a una necesidad, a una concatenación obligada, a una presión, a un servilismo, es casi siempre el síntoma de que hay algo que falla en el ente en cuestión, y al sentir de este modo es incuestionable que la personalidad se descubre allí.
De esta manera general, si mis observaciones son exactas, el problema del determinismo se considera desde dos aspectos absolutamente diferentes, pero siempre de manera absolutamente subjetiva: unos, no queriendo compartir la "responsabilidad" de su creencia en sí mismos, su derecho personal, producto de su propio mérito (es el caso de las castas vanidosas); otros, por el contrario, rehuyendo de toda responsabilidad, impulsados por el desprecio de sí mismos y ansiosos de desprenderse sin importar en dónde o sobre quién caiga la pesada carga de su yo.

Cuando éstos escriben libros tienden a emprender la defensa de los malhechores; su disfraz más sutil es simular una especie de socialismo de la piedad y, natural y efectivamente, el fatalismo de los abúlicos se embellece en sumo grado en cuanto logra presentarse como la "religión de la souffrance humaine" (religión del sufrimiento humano).

Esta es sin duda alguna su peculiar manera de demostrar su "buen gusto".

(En Mas allá del Bien y del Mal)

EL CONCEPTO DE ENCUENTRO (TELE Y TRANSFERENCIA)

Según  Moreno  “la  transferencia  es  el  desarrollo  de  fantasías  (inconscientes)  que  el  paciente proyecta  sobre  el  terapeuta,  ot...