GRAMATICA DE LA FANTASIA

La piedra en el estanque
Una piedra arrojada a un estanque provoca ondas concéntricas que se expanden sobre su superficie, afectando su movimiento, a distancias variadas con diversos efectos, a la ninfa y a la caña, al barquito de papel y a la canoa del pescador. Objetos que estaban cada uno por su lado, en su paz o en su sueño, son como llamados a la vida, obligados a reaccionar a entrar en relación entre sí. Otros movimientos invisibles se propagan hacia el fondo, en todas direcciones, mientras la piedra se precipita removiendo albas, asustando peces, causando siempre nuevas agitaciones moleculares. Cuando toca fondo, agita el lodo, golpea los objetos que yacían olvidados, algunos de los cuales son desenterrados, otros a su vez son tapados por la arena. Innumerables acontecimientos, o mini-acontecimientos, se suceden en un tiempo brevísimo.

Quizás ni aún teniendo el tiempo y las ganas necesarios sería posible registrarlos sin omisión, en su totalidad.

Igualmente una palabra, lanzada al azar en la mente produce ondas superficiales y profundas, provoca una serie infinita de reacciones en cadena, implicando en su caída sonidos e imágenes, analogías y recuerdos, significados y sueños, en un movimiento que afecta a la experiencia y a la memoria, a la fantasía y al inconsciente, complicándolo el hecho de que la misma mente no asiste pasiva a la representación, sino que interviene continuamente, para aceptar y rechazar, ligar y censurar, construir y destruir.
La palabra "roca" por ejemplo. Al caer en la mente arrastra consigo, o choca o evade, en suma, de una forma u otra se pone en contacto:

- con todas las palabras que empiezan con “r” pero no continúan con o; como:
"rueda", "rama", "risa".

- con todas las palabras que empiezan por ro; como:
"rosa", "romero" "rota", "rojo", "rodilla", "ropero", "rozar", “ronda”.

- con todas las palabras que riman con oca; como:
"poca", "toca", "carioca", "oca", "loca", "boca".

- con todas las que están junto a ella, en el léxico, por afinidad de significado:
"piedra", "mármol", "ladrillo", "granito", "peña ", "adoquín", "lápida".

Estas son las asociaciones más cómodas. Una palabra choca con otra por inercia. Es difícil, sin embargo, que esto sea suficiente para hacer saltar la chispa (aunque no se puede decir que no).

La palabra, entretanto, se precipita en otras direcciones, se hunde en el pasado, hace aflorar a la superficie recuerdos sumergidos. "Roca", desde este punto de vista, para mí es Santa Catalina de la Roca, un santuario colgado sobre el lago Mayor. Iba en bicicleta. Íbamos juntos Amadeo y yo. Nos sentábamos bajo un fresco portal a beber vino blanco y a hablar de Kant. Solíamos encontrarnos también, en el tren, porque los dos éramos estudiantes golondrinas. Amadeo llevaba un largo abrigo azul. Algunos días, debajo del abrigo se le notaba la silueta del estuche del violín. El asa del estuche del mío estaba rota, tenía que llevarlo bajo el brazo. Amadeo fue con las tropas de alpinos a Rusia, durante la guerra, y murió allí.

También en otra ocasión se me apareció la figura de Amadeo, mientras investigaba sobre la palabra "ladrillo" que me recordó unos pequeños hornos, vistos en la campiña lombarda, y largas caminatas en la niebla, o en los bosques en los que frecuentemente Amadeo y yo pasábamos tardes enteras charlando de Kant, de Dostoievski, de Montale, de Alfonso Gatto. Las amistades de los dieciséis años son las que dejan señales más profundas en la vida.
Pero esto, aquí, no interesa. Interesa tomar nota de cómo una palabra cualquiera, elegida al azar, puede funcionar como palabra mágica capaz de desenterrar campos de la memoria que yacían bajo el polvo de tiempo.

(...)

Fragmento de “Gramática de la Fantasía”
Autor: Gianni Rodari

EL RETRATO DE DORIAN GRAY POR OSCAR WILDE

El artista es el creador de belleza.
Revelar el arte y ocultar el artista es la finalidad del arte.
Crítico es quien puede verter un estilo de otro, o convertir en nuevo material, su impresión de las cosas bellas.

La más elevada forma de crítica, como la más baja, son variaciones de la autobiografía.

Los que descubren mensajes feos en cosas bellas son corruptos sin ser encantadores. Esto es un defecto.
Los que descubren mensajes bellos en cosas bellas son espíritus cultivados. Para estos hay esperanza.
Elegidos son aquellos para quienes las cosas bellas implican tan sólo belleza.

No existe lo que solemos llamar un libro moral o un libro inmoral. Hay libros bien escritos y libros mal escritos. Nada más.
El desprecio del siglo diez y nueve por el realismo es la ira de Calibán al ver su propio rostro en un espejo. El desprecio del siglo diez y nueve por el roman­ticismo es la ira de Calibán al no ver su propio rostro en un espejo. (1)

La vida moral del hombre forma parte del material del artista, pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto.
Ningún artista desea probar nada. Hasta lo que es verdadero puede probarse. Ningún artista tiene simpatías éticas. La simpatía ética en un artista es un imperdonable amaneramiento del estilo.
Ningún artista es mórbido jamás. El artista puede expresarlo todo.
Pensamiento e idioma son instrumentos artísticos de un arte.

Vicio y virtud son materiales artísticos para un arte. Desde el punto de vista de la forma, el prototipo de todas las artes es el arte de los músicos. Desde el punto de vista del sentimiento, el prototipo es el artificio del actor.

Todo arte es a un tiempo superficie y símbolo.
Los que penetran por debajo de la superficie lo hacen a su riesgo.
Los que leen el símbolo lo hacen a su riesgo.

Es el espectador, y no la vida, lo que el arte refleja real­mente.
La diversidad de opiniones en torno a una obra de arte denota que la obra es nueva, compleja y vital. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.

Podemos perdonarle a un hombre que haga una cosa útil, siempre y cuando no la admire. La única excusa para hacer una cosa inútil está en que uno mismo la admire intensamente.

Todo arte es completamente inútil.


El retrato de Dorian Gray
Oscar Wilde
(1) Calibán es el nombre de un personaje de La tempestad, de William Shakespeare. En dicha obra, Calibán es un salvaje primitivo, esclavizado por el protagonista, Próspero, y representa los aspectos más materiales e instintivos del ser humano, frente al otro sirviente de Próspero, Ariel, que representa lo elevado y lo espiritual.
Este personaje ha sido reutilizado por la literatura posterior, reinterpretándolo como un símbolo del "hombre natural" de Rousseau, del materialismo frente al idealismo, de las clases sociales oprimidas por el capitalismo o de los pueblos colonizados.

EL CONCEPTO DE ENCUENTRO (TELE Y TRANSFERENCIA)

Según  Moreno  “la  transferencia  es  el  desarrollo  de  fantasías  (inconscientes)  que  el  paciente proyecta  sobre  el  terapeuta,  ot...