EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO - VIKTOR FRANKL

El vacío existencial es un fenómeno muy extendido en el siglo XX. Ello es comprensible y puede deberse a la doble pérdida que el hom­bre tiene que soportar desde que se convirtió en un verdadero ser hu­mano.
Al principio de la historia de la humanidad, el hombre perdió algunos de los instintos animales básicos que conforman la conducta del animal y le confieren seguridad; seguridad que, como el paraíso, le está hoy vedada al hombre para siempre: el hombre tiene que elegir; pero, además, en los últimos tiempos de su transcurrir, el hombre ha sufrido otra pérdida: las tradiciones que habían servido de contra­fuerte a su conducta se están diluyendo a pasos agigantados.
Carece, pues, de un instinto que le diga lo que ha de hacer, y no tiene ya tradi­ciones que le indiquen lo que debe hacer; en ocasiones no sabe ni si­quiera lo que le gustaría hacer. En su lugar, desea hacer lo que otras personas hacen (conformismo) o hace lo que otras personas quieren que haga (totalitarismo).

PSICOANÁLISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS - BRUNO BETTELHEIM, 1975

La lucha por el significado
Si deseamos vivir, no momento a momento, sino siendo realmente conscientes de nuestra existencia, nuestra necesidad más urgente y difícil es la de encontrar un significado a nuestras vidas.
Como ya se sabe, mucha gente ha perdido el deseo de vivir y ha dejado de esforzarse, porque este sentido ha huido ellos. La comprensión del sentido de la vida no se adquiere repentinamente o una edad determinada ni cuando uno ha llegado a la madurez cronológica, sino que por el contrario, obtener una comprensión cierta de lo que es o de lo que debe ser el sentido de la vida, significa haber alcanzado la madurez psicológica.
Este logro es el resultado final de un largo desarrollo: en cada etapa buscamos y hemos de ser capaces de encontrar, un poco de significado congruente con el que ya se han desarrollado nuestras mentes.
Contrariamente a lo que afirma el antiguo mito, la sabiduría no surge totalmente desarrollada como Atenea de la cabeza de Zeus; se va formando poco o poco y progresivamente desde los orígenes más irracionales. Solamente en la edad adulta podemos obtener una comprensión inteligente del sentido de la propia existencia en este mundo a partir de nuestra experiencia en él.
Desgraciadamente hay demasiados padres que exigen que las mentes de sus hijos funcionen como las suyas, como si la comprensión madura de nosotros mismos y del mundo, así como nuestras ideas sobre el sentido de la vida, no se desarrollaran tan lentamente como nuestro cuerpo y nuestra mente.
(Fragmento de Introducción)

PUNTO Y LÍNEA SOBRE EL PLANO - VASSILI KANDINSKY, 1926

Análisis
A pesar de no considerar el valor científi­co, que emerge de un examen escrupuloso, analizar los elementos artísticos es tender un puente hacia el latido interior de una obra de arte.
Hasta hoy ha sido hegemónica la idea de que sería desdichado descomponer el arte, ya que tal descomposición acarrearía indu­dablemente la muerte del arte, pero tal idea proviene de una necia subestimación del va­lor de los elementos analizados y de sus fuer­zas primarias.

La Pintura y otras Artes
Entre las demás artes, la pintura tiene un sitio asombrosamente particular respecto de la investigación analítica.
La arquitectura, por ejemplo, ligada naturalmente a objetivos prácticos, desde el comienzo debió producir ciertos saberes científicos.
Dejando a un lado la danza y las marchas militares, que tienen objetivos prácticos, la música sólo se relacio­na hasta ahora con obras abstractas y, sin embargo, existen desde hace bastante tiem­po las teorías musicales, que a pesar de cons­tituir una ciencia uniforme, se desarrollan continuamente.
De modo tal que ambas artes, opuestas entre sí, poseen fundamentos científicos in-negables. Si otras artes se encuentran más adelantadas en esta cuestión, debe atribuírsele al nivel evolutivo que ha alcanza­do cada una de ellas.

Teoría
En las últimas décadas, la pintura ha evolucionado muchísimo. Sin embargo, sólo en tiempos recientes fue liberada de la esclavitud de sus aplicaciones tradicionales. Así, se posiciona en un sitio que exige un examen escrupuloso de los instrumentos que utiliza y también de sus objetivos. Para el artista y para los espectadores este análisis es necesario para permitir nuevos niveles evolutivos.


(Fragmento de Introducción)

FORMA Y CONTENIDO

Son categorías filosóficas que sirven para poner de manifiesto las fuentes internas de la unidad, de la integridad y del desarrollo de los objetos materiales.
El contenido es el conjunto de los elementos y procesos que constituyen la base de los objetos y condicionan la existencia, el desarrollo y la sustitución de sus formas.
La categoría de forma expresa el nexo interno y el modo de organización, de interacción de los elementos y procesos del fenómeno tanto entre sí como con las condiciones externas.
El desarrollo de la forma y del contenido es el de dos aspectos del mismo fenómeno, es el desdoblamiento de lo uno, desdoblamiento que da origen a contradicciones y conflictos que llevan a desechar la forma y a modificar el contenido.
La unidad de forma y contenido es relativa, transitoria y se altera a raíz de los cambios, de los conflictos y de la lucha entre una y otro. La fuente de las contradicciones entre forma y contenido radica en la diferencia de sus funciones en el desarrollo: el contenido es la base del desarrollo, la forma es el modo de existencia de la cosa; el contenido posee movimiento propio, la forma depende de él; el contenido encierra en sí posibilidades de desarrollo sin fin, la forma lo limita; el contenido es el elemento rector del desarrollo, la forma posee una independencia relativa, puede facilitar u obstaculizar el desarrollo.
El cambio de forma tiene lugar como resultado de un cambio en el contenido mismo, lo cual condiciona su función rectora en el desarrollo. La forma nunca permanece invariable. Pero, el cambio de la forma, su eliminación, no siempre se produce de golpe; lo frecuente es que tenga lugar como resultado de una acentuación gradual de las contradicciones entre forma y contenido.
Además, sobre los cambios de forma ejercen también determinada influencia condiciones exteriores, factores y nexos que no conciernen directamente al contenido. La forma posee una independencia relativa que se intensifica tanto más cuanto mayor es la historia de la forma dada.
La estabilidad de la forma es un factor que garantiza el desarrollo progresivo del contenido. Pero esa misma estabilidad que en las primeras etapas estimula el desarrollo, se transforma con el tiempo en fuente de conservadurismo.
Las contradicciones entre forma y contenido no lo son de una parte pasiva y otra activa. El proceso real acontece como resultado de su acción recíproca en cuanto contrarios que influyen activamente en el desarrollo.
La falta de correspondencia entre la forma y el contenido, debida al retraso de la primera respecto al segundo, aunque es de gran importancia para el desarrollo, caracteriza tan sólo una de las contradicciones de este último.
La solución de las contradicciones entre forma y contenido depende del carácter que aquéllas tengan, de su grado de desarrollo y de las condiciones en que se produzcan. La solución puede ocurrir mediante el cambio de la forma en consonancia con los cambios del contenido, mediante el cambio del contenido en consonancia con la nueva forma, mediante el rechazo de la forma, la subordinación de la vieja forma al nuevo contenido.
Al pasar de un estado cualitativo a otro, o bien se liquida la vieja forma o bien se transforma, con la particularidad de que la vieja forma no puede liquidarse antes de que en ella misma se hayan preparado las premisas y los elementos para pasar a una forma más perfecta. Éste es el proceso dialéctico de la «superación», en la cual la vieja forma raras veces se desecha por completo y de manera absoluta; la nueva forma no siempre se convierte, de golpe, en dominante, sino que empieza a prevalecer gradualmente; las viejas formas aseguran el desarrollo en menor medida que las nuevas y por este motivo la nueva forma, con el tiempo, ocupa un lugar cada vez más importante. Semejante carácter de la «superación» de la vieja forma hace también posible un desarrollo regresivo, la restauración de las viejas formas.
La dialéctica del contenido y de la forma se manifiesta brillantemente en el proceso de constante renovación y progreso de la sociedad.

SINCRONICIDAD por CARL GUSTAV JUNG

A través de los años los teóricos han discutido ampliamente si los procesos psicológicos se establecen a partir de modelos mecanicistas o teleológicos.

El mecanicismo es la idea de que las cosas funcionan a través de un proceso de causa-efecto. Una cosa lleva a otra, y esa otra a una siguiente y así sucesivamente, por lo que el pasado determina al presente.

La teleología es la idea que defiende que somos guiados por nuestros propósitos, significados, valores y demás.

El mecanicismo está asociado al determinismo y las ciencias naturales; la teleología está más relacionada con el libre albedrío.

Jung postula que ambos -mecanisismo y teleología- juegan algún papel, pero añade una última alternativa filosófica llamada Sincronicidad.

La sincronicidad supone la ocurrencia de dos eventos que no están asociados ni causalmente ni teleológicamente, más sin embargo tienen una relación significativa. Un paciente me describe un sueño con un escarabajo y justo en ese momento, por la ventana del consultorio pasa volando un escarabajo muy similar al que describe en su sueño. Muchas veces, atendemos el teléfono para llamar a un amigo y nos encontramos con él en la línea al levantar el tubo.

Jung creía que estas situaciones eran indicativas de cómo nos interconectamos los seres humanos con la naturaleza en general a través del inconsciente colectivo. Jung nunca se aclaró con respecto a sus creencias religiosas, pero esta idea inusual de sincronicidad la hallamos fácilmente explicada en la perspectiva hindú de la realidad.

Desde este punto de vista, nuestros Yo individuales son como islas en el mar. Estamos acostumbrados a ver el mundo y a los demás como entes individuales y separados. Lo que no vemos es que estamos conectados entre nosotros por medio del suelo marino que subyace a las aguas.

El otro mundo es llamado "Maya", que significa ilusión y se considera un sueño de Dios o como un baile de Dios; esto es, Dios lo ha creado, pero no es real en sí mismo. Nuestros Yo individuales reciben el nombre de jivatman o almas individuales, siendo también algo parecido a una ilusión. Supone que todos nosotros somos extensiones del único y supremo Atman o Dios, el cual se permite olvidarse un poco de su identidad para volverse aparentemente separado e independiente volviéndose cada uno de nosotros. Pero de hecho, nunca estamos separados del todo. Cuando morimos, nos despertamos siendo lo que realmente fuimos desde el principio: Dios.

Cuando soñamos o meditamos, nos metemos dentro de nuestro inconsciente personal, acercándonos cada vez más a nuestra esencia: el inconsciente colectivo. Es precisamente en estos estados cuando somos más permeables a las “comunicaciones” de otros Yo.


La sincronicidad hace de la teoría de Jung una de las pocas que no solo es compatible con los fenómenos parapsicológicos, sino que incluso intenta explicarlos.

EL CONCEPTO DE ENCUENTRO (TELE Y TRANSFERENCIA)

Según  Moreno  “la  transferencia  es  el  desarrollo  de  fantasías  (inconscientes)  que  el  paciente proyecta  sobre  el  terapeuta,  ot...