EL RETRATO DE DORIAN GRAY POR OSCAR WILDE

El artista es el creador de belleza.
Revelar el arte y ocultar el artista es la finalidad del arte.
Crítico es quien puede verter un estilo de otro, o convertir en nuevo material, su impresión de las cosas bellas.

La más elevada forma de crítica, como la más baja, son variaciones de la autobiografía.

Los que descubren mensajes feos en cosas bellas son corruptos sin ser encantadores. Esto es un defecto.
Los que descubren mensajes bellos en cosas bellas son espíritus cultivados. Para estos hay esperanza.
Elegidos son aquellos para quienes las cosas bellas implican tan sólo belleza.

No existe lo que solemos llamar un libro moral o un libro inmoral. Hay libros bien escritos y libros mal escritos. Nada más.
El desprecio del siglo diez y nueve por el realismo es la ira de Calibán al ver su propio rostro en un espejo. El desprecio del siglo diez y nueve por el roman­ticismo es la ira de Calibán al no ver su propio rostro en un espejo. (1)

La vida moral del hombre forma parte del material del artista, pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto.
Ningún artista desea probar nada. Hasta lo que es verdadero puede probarse. Ningún artista tiene simpatías éticas. La simpatía ética en un artista es un imperdonable amaneramiento del estilo.
Ningún artista es mórbido jamás. El artista puede expresarlo todo.
Pensamiento e idioma son instrumentos artísticos de un arte.

Vicio y virtud son materiales artísticos para un arte. Desde el punto de vista de la forma, el prototipo de todas las artes es el arte de los músicos. Desde el punto de vista del sentimiento, el prototipo es el artificio del actor.

Todo arte es a un tiempo superficie y símbolo.
Los que penetran por debajo de la superficie lo hacen a su riesgo.
Los que leen el símbolo lo hacen a su riesgo.

Es el espectador, y no la vida, lo que el arte refleja real­mente.
La diversidad de opiniones en torno a una obra de arte denota que la obra es nueva, compleja y vital. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.

Podemos perdonarle a un hombre que haga una cosa útil, siempre y cuando no la admire. La única excusa para hacer una cosa inútil está en que uno mismo la admire intensamente.

Todo arte es completamente inútil.


El retrato de Dorian Gray
Oscar Wilde
(1) Calibán es el nombre de un personaje de La tempestad, de William Shakespeare. En dicha obra, Calibán es un salvaje primitivo, esclavizado por el protagonista, Próspero, y representa los aspectos más materiales e instintivos del ser humano, frente al otro sirviente de Próspero, Ariel, que representa lo elevado y lo espiritual.
Este personaje ha sido reutilizado por la literatura posterior, reinterpretándolo como un símbolo del "hombre natural" de Rousseau, del materialismo frente al idealismo, de las clases sociales oprimidas por el capitalismo o de los pueblos colonizados.

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Según  Moreno  “la  transferencia  es  el  desarrollo  de  fantasías  (inconscientes)  que  el  paciente proyecta  sobre  el  terapeuta,  ot...